A nadie le gusta la utilización torticera de causas justas para fines políticos en este caso de la salud femenina. La necesidad de reaccionar a propósito de las declaraciones de la ministra Irene Motero sobre la baja laboral por regla dolorosa contemplada en el anteproyecto de ley aprobado el martes, me impulsaron a sondear a algunas de las mujeres de amplia experiencia profesional con las que tengo la suerte de relacionarme a través de @RunningMothers. El detonante fue un artículo de opinión de @maiterico en El Mundo que compartí con algunas de ellas y que me envió mi marido, padre de tres hijas. Yo me considero feminista pero tampoco me identifico con los principios que enarbola la Sra. Montero en nombre del progreso femenino.

La síntesis de sus opiniones ayudó a conformar la mía y desde aquí la comparto por si fuera de interés ajeno. Alicia ingeniera y pequeña empresaria cree que no nos hace ningún favor que se tipifique la baja porque nos considera minusválidas. Diana psicóloga que ha participado en el desarrollo de la ley sin haber recibido el texto definitivo, opina que si la menstruación incapacita, requiere un estudio porque hay una patología detrás que a veces puede tardar años en diagnosticarse; en la misma línea se manifiesta Inma, médico de primaria afirma que hace mucho que se dan bajas por dismenorrea y que la endometriosis se analiza por ejemplo. Claro que hay patologías ginecológicas que no se estudian y tratan de la forma adecuada, pero si lo intentan los profesionales sanitarios lo mejor que pueden. Ella aboga por el respeto a su labor, a que se dejen de banalizar patologías y a que los políticos gestionen los recursos públicos de forma más adecuada. Es decir que no nos están dando nada que no tuviéramos: tal y como apunta nuestra enfermera Esperanza, la baja de los primeros quince días que corría a cargo de la empresa ahora es asumida por el gobierno y es probable que la terminemos pagando todos a través de nuestros impuestos en lugar de dedicar esos fondos a investigación. En este sentido apunta un artículo de El Confidencial sobre el tema, que menciona el detalle de que las dos únicas investigadoras estrella del tema que reclaman fondos para terminar con la ignorancia en torno a la menstruación – Enriqueta Barranco y Carme Valls- tienen más de 70 años. Por no hablar de que la causa de una baja es confidencial. Gloria trabajadora universitaria y Miriam periodista, sin embargo opinan que son necesarias “políticas excesivas” para poner el foco en problemas femeninos que de otra forma serían ignorados. Por último, las jóvenes estudiantes de bachillerato consultadas temen que esto dificulte sus posibilidades de contratación.

Desde luego sería progresista y feminista que se destinaran esos fondos para investigar de forma que se pudieran tratar con mayor eficacia estas patologías y que tomarse la píldora no fuera la única solución. El ejercicio físico moderado y el yoga como gran remedio natural y barato cuyos beneficiosos efectos sobre mujeres menstruantes todavía son bastante ignorados también deberían tenerse en cuenta como remedios.

Por cierto, que el anteproyecto de ley tampoco contempla la bajada del IVA en productos de higiene femenina. Lo que sí es de agradecer es comprobar el debate que se genera y lo que aprendemos, sin duda síntoma de una sociedad sana que evoluciona. Hay que hacer lo posible para que se desprenda de la demagogia y sea desde la concordia. ¿Es mucho pedir?

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